IBON NAVARRO, EL DON DEL EQUILIBRIO



Artículo escrito por Loperasovic  (@Loperasovic)

Foto: Euroleage 

Nacido en Vitoria-Gasteiz (Álava), 30/04/1976

En su círculo cercano siempre ha existido la convicción de que llegaría lejos como entrenador de baloncesto, quizás fuera por su talento, por su pasión por este deporte,  por su perseverancia o por su ambición, aunque muy probablemente por la intersección común en todo ello.

Una cosa tenía clara Ibon y es que en su orden de prioridades, la primera sería vivir con el baloncesto,  siendo consciente, eso sí, de que no sería un camino fácil ya que las sillas disponibles son muy pocas en proporción a la cantidad de entrenadores con el título de "entrenador superior".

Desde fuera de su círculo, tanto por aficionados como por periodistas quizás se haya conceptuado a Ibon más con la "cola de león". Es decir, en un segundo plano, acompañante de lujo de grandes entrenadores e incluso con participación notoria y relevante en momentos determinantes, pero con ese rol secundario de ayudante que viene implícito en el puesto de segundo entrenador.

Oportunidades seguramente las tuvo para continuar como "cabeza de ratón" entrenando en otros lugares, pero él prefirió seguir aprendiendo desde la élite.  Ambicioso él, sería lo suficientemente paciente y pertinaz haciendo lo requerido para poder llegar un día hasta la "cabeza del león".

Ese día ha llegado y no en el momento en el que se encontraba el león con su cabeza más lustrosa, pero ha llegado a ella con el ánimo y convicción de sacar a relucir de nuevo todo su esplendor.

El Baskonia cede el timón a Ibon en un momento muy importante para el devenir del club, con el nuevo formato de "todos contra todos" de Euroliga al caer, y con la necesidad imperiosa de recuperar por un lado el prestigio como entidad y por otro lado la ilusión en el aficionado que permita abarrotar de nuevo el gran Coliseo.

No es un acto de desistimiento ante las perspectivas creadas con la refundación. Cuando en el Club se decide dar las riendas a I bon, es porque se percibe que es el momento indicado para ello. Es cierto que han confluido ciertas circunstancias que han motivado su nombramiento, pero lo cierto es que ahora mismo, con las necesidades y posibilidades disponibles, probablemente Ibon sea la mejor opción posible.

Y es que hay que reseñar que conoce perfectamente la casa y sabe cómo funciona y cúales son las normas, pero sobre  todo sabe lo qué se pide y lo que se espera. Quizás no sea el lugar más sosegado porque el nivel de expectativas es alto, pero es el lugar donde Ibon desea y ha ambicionado siempre estar.

Subestimado es muchas veces el rol de segundo entrenador y nada fácil su ejecución: labor que se ha de desempeñar con humildad y a la vez con asertividad, con mucha disciplina pero a la vez con la valentía de hacer notar tu presencia en los momentos en los que uno estima que es necesario, algo que puede resultar bien con unos entrenadores y no tan bien con otros.

Incluso uno se puede sentir a veces como con un trabajo poco agradecido pero eso no quita que sea una gran oportunidad para aprender todos los entresijos de este deporte, desde esa perspectiva interna pero al mismo tiempo a la vez un más externa, pudiendo observar y analizar las circunstancias desde una posición más objetiva y no tan comprometida en las consecuencias, aunque Ibon sea sin duda una persona de comprometerse, como ha demostrado hasta ahora con el Baskonia. 

Pero de lo que no cabe duda que ha tenido oportunidad de engrandecer su baloncesto con la impronta de grandes entrenadores, de los cuales habrá aprendido de lo bueno, pero también de lo no tan bueno.
Ibon reúne varias cualidades, pero donde más resalta es en el equilibrio, es decir, en la capacidad de ponderar la influencia de sus actos y de sus palabras en el grupo. Muy perfeccionista en el detalle pero no obsesivo, intenta hacer del baloncesto algo sencillo y que pueda ser ejecutado sin que los jugadores se compliquen la vida en exceso, pero a la vez pone mucho mimo y cuidado en la minuciosidad del detalle. Es una persona que absorbe aprendiendo de lo que le rodea con la idea de equilibrarlo con armonía concibe un baloncesto ordenado pero no cuadriculado, sencillo pero no simple y enérgico pero no descabezado. Entrenador que se muestra cercano a los jugadores y que prefiere siempre el refuerzo positivo al negativo, mostrándose muy exigente pero a la vez agradecido y orgulloso de sus jugadores cuando muestran disposición de remar hacia el mismo sentido. Sabe transmitir a los jugadores su pasión y se muestra como colaborador y ayudante, aún cuando su rol sea el de ser jefe. Un entrenador que se gana el respeto de sus jugadores no por su carácter autoritario, si no con su carácter optimista, ambicioso y cercano. Pero sin duda, es una persona con carácter y que transmite.

Su momento más duro: su exilio forzado de Vitoria tras ganar la liga. Él, baskonista hasta la médula, supo en aquellos momentos mantener la calma y saber dejar las puertas abiertas para poder volver de nuevo al equipo donde más desea estar. 

Y por último y no menos importante, muestra una buena inteligencia emocional, capaz de motivar a los jugadores y sacar lo mejor de ellos; sabe influir sin perder las formas, adecuándose a cada situación sin perjudicar al equipo; sabe concatenar pequeñas correcciones de una forma continua sin por ello desmontar la casa entera. 

Por estos motivos deduzco y creo que Ibon no será un entrenador que pase de puntillas y que su involucración, compromiso y cualidades van a ayudar a crecer de nuevo al equipo. Y no quería dejar pasar por alto, como no, que siendo Vitoriano desde luego es un elemento de orgullo e identificación para la parroquia baskonista, necesitada de volver un poco a sus raíces para poder ilusionarse de nuevo.

Por ello deseo y auguro larga vida a Ibon Navarro como entrenador, pero sobretodo lo deseo como entrenador del Baskonia.

Loperasovic

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