La importancia de saber caer

Hoy, me vais a permitir que cite un fragmento del libro que estoy leyendo en este momento, “La verdad sobre Harry Quebert”, por venir perfectamente al caso. La cita dice:

«Harry, si tuviera que quedarme con una sola de todas sus lecciones, ¿cuál sería?

—Le devuelvo la pregunta.

—Para mí sería la importancia de saber caer .

—Estoy completamente de acuerdo con usted. La vida es una larga caída, Marcus. Lo más importante es saber caer.»

Saber caer. En corto y en perspectiva. En corto, porque el sábado caímos, y en perspectiva, porque el Baskonia 2013-2014 ha caído. Mirar para otro lado es una tontería. Pero no pasa nada por caer. Todos caemos tarde o temprano… nadie se mantiene siempre en equilibrio. La vida es una larga caída.

Analicemos la situación; el Barcelona llega a Vitoria para disputar la Supercopa, y nos noquea de una forma terrible. Hemos pasado todo el verano asumiendo que el equipo había bajado en calidad. Asumiendo que partimos de un equipo descompensado. Asumiendo que partimos de una plantilla con calidad y juventud, pero lejos de ser una plantilla con la calidad y clase de los equipos a los que nos enfrentaremos. Eso era objetivo y estaba asumido por todos… hasta que se constata. Y el sábado se constató.

“Vuelve el carácter”. Este es el lema de este Baskonia 2013-2014. Un lema obligado, un lema que demuestra que no sólo entre los aficionados, sino también entre los dirigentes tenemos/tienen asumido que la calidad no da para jugar sin carácter. “Vuelve el carácter”. Una declaración de intenciones que supone asumir que lucharemos en inferioridad, y que deberemos aportar un plus de intensidad, garra y sacrificio para poder estar arriba. Un lema que deja bien clara la premisa. Hemos caído, pero sabremos caer y sabremos levantarnos como se levantó el Baskonia en los años 90. Nos levantaremos con nuestras señas de identidad. Sabremos caer.

El viernes fue un día duro. Se certificó la caída. Queda claro que sumando la calidad de los integrantes de nuestro Baskonia, no da para competir con un Barcelona sin Navarro ni Lorbek. Podemos poner paños. Los hay… Estamos en pretemporada, es un equipo joven, está en construcción, hay lesiones, hay jugadores que acaban de llegar… Los paños existen, y debemos/podemos ponerlos. Pero sólo podemos ponerlos desde una premisa; la objetividad. Los paños están bien, pero la realidad es cruda, y es que los paños no dan para ocultar la diferencia de magnitud.

Se acabó la época en la que mirábamos al Barcelona o al Madrid a los ojos. No estamos a su altura. ¿Podemos ganarles? Si. Igual que el Canarias nos ganó el año pasado a nosotros, y no podían mirarnos a los ojos, nosotros podemos llegara construir un equipo que compita. Pero eso no está hecho, ni valen las premisas a priori. Eso hay que construirlo. De la misma forma que el Canarias del año pasado se construyó y forjó, con un trabajo impecable de Pedro Martínez muy bien ejecutado por todos sus jugadores, el Baskonia deberá construirse. Levantarse. Y no es fácil, nada fácil….

No es día de lecciones tácticas. Es un día de mentalidad. Un día para reflexionar, ser consciente de lo que hay, y pensar en saber caer. De no permitir que la caída te haga más daño del debido. De no sacar de quicio conclusiones excesivas de esta Supercopa. Es lo que hay… Sepamos caer y construyamos un futuro. Con calma, con carácter y con ilusión.

Y todo esto que digo, no afecta sólo al equipo directiva y/o club Todo esto afecta también a la afición de Vitoria. Sepamos caer. En esta afición hay gente que conoció el Baskonia del crecimiento, pero también hay gente que sólo ha conocido el Baskonia de las final four y campeonatos de liga. Sepamos caer, apoyemos al equipo con cariño y llevémosle a su límite. Sea éste el que sea. Acompañémosle.

Acabo con otra cita de este magnífico libro:

«Aprenda a amar sus derrotas, Marcus, pues son las que le construirán. Son sus derrotas las que darán sabor a sus victorias.»