Lo que la verdad esconde

“La verdad es como una manta que siempre te deja los pies fríos. La estiras, la extiendes y nunca es suficiente. La sacudes, le das patadas, pero no llega a cubrirnos”

El club de los poetas muertos

En el mundo existen tres planos paralelos en torno a una historia:

• En el plano inferior está la verdad. La verdad interesa a los implicados. Existe, pero es conocida por muy pocos. No tiene ninguna importancia. Te permite dormir por la noche, o no, pero sólo te afecta a ti.
• Hay un segundo plano, que es el de los informadores. Gente que partiendo de parte (grande o pequeña) de una verdad hacen un todo. En ocasiones todo lo que publica o se dice es cierto, verdades absolutas. En otras ocasiones son auténticos disparates de gente que con cuatro datos hace una historia. Y si no les cuadra, la engordan para que cuadre. Historias que se parecen en algo a la verdad, porque parten de un minúsculo fragmento de ella, pero que por el camino pierden el rigor. Estas historias interesan. Venden. Son importantes.
• Y en el tercer plano está lo importante de verdad, el que transciende, el que llega a la opinión pública. Lo que el ciudadano comenta con sus amigos tomando un café en un bar. La verdad no controla el tercer plano. Puede parecerse o ser un disparate. La relación verdad-trascendencia no rige ningún patrón conocido. Pero es la que cuenta.

Las cosas no son como son, sino como se cuentan.

Poco importa si Barcenas es un ladrón o no. Lo es y punto. Poco importa si Otegi es un terrorista o no. Lo es y punto. Poco importa si el Barça pagó por Oleson o no. En una ciudad pagó y en otra no, y punto.

Mi reflexión acaba aquí. No juzgaré lo que pasó en Atenas, porque lo desconozco. No señalaré a nadie como chivato, porque desconozco si quiera si existe un chivato. Se habla de violar un código sagrado. ¿Se violó? ¿Quién lo violó? No es lo mismo que un jugador coja un teléfono y llame a un periodista para contarle algo que pasó en un vestuario a que un jugador hable con su representante para que empiece una defensa a una sanción que se le ha impuesto y que dicho agente filtre ciertas informaciones para intentar echar atrás esa multa. No es lo mismo que tras un duro día en el trabajo te relajes tomando una cerveza con un amigo y este te traicione. La verdad tiene muchas aristas, y la prudencia, algo sobrevalorado en estos tiempos, debería imperar. Y por otra parte... me importa un carajo.

Pero si hablaré acerca de baloncesto. En eso, la verdad, ese primer plano, queda a la vista, por lo que el segundo y tercer lo podemos controlar. Y es el baloncesto el que nos debe preocupar a los aficionados a un deporte. Y ahí si, ahí me preocupo y mucho.

El Baskonia de Atenas se desvaneció en el minuto uno. Nocioni pierde un balón en medio campo, y para arreglarlo arranca la cabeza al rival. Ahí termina un partido. Cuando aún no hemos preparado la cerveza y las patatas fritas para disfrutar del partido, el Baskonia ya se ha ido. Y no vuelve. Débil desde lo mental, inoperante desde el perímetro y blando al poste bajo.

Sólo hace un mes, yo hablaba del Baskonia más divertido que recordaba desde 2008. Un Baskonia que no especula, que ataca sin miedo, compensado, alegre y con una buena defensa.

¿Que ha pasado? Voy a exponer tres puntos que en mi opinión explican el bache actual del Baskonia:

1. La ausencia de Oleson. Más allá de que descompense el juego exterior del Baskonia en cuanto a capacidad de amenaza desde el perímetro su ausencia es mucho más transcendente en el plano defensivo.. Oleson era la pieza que permitía al Baskonia disimular la falta de intensidad defensiva de los bases del equipo, y que daba esa solidez necesaria en la primera y segunda ayuda. Sin Oleson, la defensa colectiva del grupo se resiente. ¿Se puede superar? Por supuesto, pero hace falta trabajar tácticamente y mantener la concentración, algo que no ha ocurrido.

2. La baja forma de los bases. Heurtel no está en baja forma, sino que es tremendamente irregular. Sigue perdiendo demasiados balones para un base de primer nivel, aunque poco a poco se va consolidando como el mejor base del grupo. Ahora bien, los otros dos están de ruina total. Cook es una sombra que vaga por el campo y Cabezas, enfadado con el mundo, sale con muchas ganas pero con muy poco baloncesto. Podríamos decir que el Baskonia es un equipo sin un timón claro, y eso, al primer nivel y frente a bases como Marcelinho, Planinic, Spanoulis y compañía se paga muy caro.

3. “Tu tranquilo que esto lo arreglo yo”. En cuanto llega la primera dificultad, la primera desventaja, el Baskonia está desapareciendo. Nocioni se enfada con el mundo, Lampe busca sumar 20 puntos en su casillero como sea, San Emeterio se juega triples imposibles, Nemanja se acuerda de la peor versión de Mirza Teletovic y la dirección, principal responsable de enderezar eso, decide también resolver por sí mismo. ¿Tiene solución? Si. Se llama confianza y paciencia. Dos palabras que Dusko gastó del diccionario, pero que son la clave para cualquier equipo que, como Baskonia, con peor plantilla que los rivales frente a los que juega, le permite competir frente a cualquiera.

Momento de reaccionar.

Ganar cuatro partidos de seis que quedan para entrar en la siguiente fase. Tan difícil ahora mismo que parece un sueño. Pero es posible. En casa, Maccabi, Fenerbache y Siena. No se puede ni debe fallar. Fuera, sacando el partido de Besiktas, debería ser suficiente. Ale, ya he arreglado el problema de la clasificación. O no. Ya jugué a esto en la clasificación del Top-16, y el equipo se empeño en llevarme la contraria... Por eso borro ahora mismo este párrafo.

Me quedo sólo con el baloncesto. ¿Queremos entrar? Busquemos baloncesto, y olvidémonos de si jugamos en casa o fuera frente a rivales accesibles o inaccesibles. Si el Baskonia recupera el basket de hace un mes, entraremos.

Entre tanto, unidad.

Gora Baskonia