Épico

Pfff… me siento un tanto vacío en este momento. He tenido tal subidón de adrenalina, tal hinchazón de orgullo y tanta ración de nervios, que cuando al fin te quedas tranquilo frente al ordenador, necesitas llenar ese vacío con palabras… pero las palabras no pueden expresarlo todo. Es imposible. Y hoy es uno de esos días. Lo siento, es imposible que os transmita las sensaciones de hoy… o se siente o no se siente… y para los que lo hayáis sentido, sólo me queda abrazaros virtualmente.

El 2-0 es más que un resultado. Es la constatación de que la fe, el trabajo y, lo voy a decir, la cabezonería, dan frutos. A Dusko lo han machacado durante casi toda su vida llamándolo cabezón… No porque tenga la cabeza grande, sino porque es fiel a sus ideas y las lleva a cabo por encima de todo. Dicen que no tiene cintura, que no es capaz de adaptarse al rival, que no sabe renunciar a lo suyo para derrotar al rival. Y es cierto…

Hoy Pascual ha renunciado a sus principios para adaptarse al Baskonia. El Barsa ha sido el circo del sol durante toda la liga… Un equipo que juega redondo cada partido para llegar a los cien puntos, que tira triples con confianza, que rota a todos sus hombres con coherencia, que juega en campo abierto, que ensalza la magia y que arrolla defensivamente a sus rivales. ¡¡Adiós!! Hoy ha matado al equilibrista… ni siquiera lo ha sacado al campo. Hoy el Barsa ha jugado con 8. ¡¡Con ocho!! Ni Trías, ni Fran Vázquez, ni Grimau, ni Sada. Ha decidido atacar a Tiago hasta dejarlo muerto (y lo ha logrado) pero se ha olvidado de que el Baskonia es un equipo, liderado por Tiago, si, pero un equipo, y se ha dedicado a destruir, olvidándose de construir.

Los tres primeros cuartos han estado marcados por la misma consigna. Atacar a Tiago. Lorbec lo ha bordado, no porque le haya sacado faltas, ni porque le haya pegado (aún recuerdo a Santiago), sino porque lo ha agotado física y mentalmente con su ataque… el Barsa no corría, no tiraba, no jugaba... sólo destruía a Tiago (y por ende, al juego interior del Baskonia). Pero el Baskonia no se descomponía. A base de oficio, de San Emeterio y del perfecto control de los porcentajes y las pérdidas se mantenía dentro del partido. Eso si, sin juego interior… ni Tiago ni Mirza ni Eliyahu eran capaces de romper, y el rebote era propiedad del Barsa. Pero el Baskonia seguía siendo fiel a si mismo, y seguía trabajando. Un partido feo, de oficio, pero que estaba llevando el Barsa por delante…

Y así se llegaba al último cuarto, con el Barsa incómodo, desconocido, disfrazado… pero mandando. Mientras el Baskonia, en el último cuarto, sacaba todo su repertorio de grandeza y confianza a relucir… Oleson y Ribas “mataban” a Navarro (que injusta es la estadística a veces), Marcelinho arrebataba el cartel de mago a Ricky y Fernando crecía 20 cm en diez segundos. El Barsa, incómodo y sin soluciones, iba cayendo poco a poco bajo las garras del Baskonia, y llegaba a los últimos 20 segundos muerto.

Los últimos cinco segundos se recordarán como lo que pudo ser pero no se logró. Una concatenación de errores estúpidos (canasta fácil de Mickeal + peredida de pau + intencionada de Fernando) le daba al Barsa la posibilidad de ganar un partido imposible. Pero lo que no le dio la estadística a Pau, lo recuperó el catalán con un robo de balón a su amigo Ricky en el imposible último saque de banda. El Baskonia arrancaba el 2-0 y la euforia se desata en Vitoria.

La liga imposible empieza a ser posible, y aunque Marcelinho nos devolvía los pies al suelo marcando al Barsa aún favorito en la entrevista post-partido, todos sabemos que tenemos una oportunidad histórica de llevarnos este título. El Baskonia tiene dos ligas en su haber. Las dos se han logrado de la misma forma… saliendo desde atrás, y robando los dos primeros partidos en cancha ajena… y ojo, rematando en el tercero. Pues bien, el martes, tenemos otra opción de lograr una liga.

El equilibrista no sólo sigue en el hospital, sino que cuatro de los doce platos del circo del sol están en el suelo, hechos añicos. Y Bruce Springsteen asoma su cabeza tras el escenario… recuerda con nostalgia los tiempos de Van Morrison o de Chavela Vargas… y quiere cantar… quiere cantar un rock alegre el martes… concretamente, “Born to run”

“Together we could break this trap
Well run till we drop, baby well never go back
Will you walk with me out on the wire
`cause baby Im just a scared and lonely rider
But I gotta find out how it feels
I want to know if love is wild, girl I want to know if love is real”

Maravillosa letra del disco Born to run, que quiere sonar... que quiere recordar al mundo, que el Baskonia nunca se rinde, y que quién lo da por muerto, es un estúpido, o un osado.