Historia de una victoria, de decisiones extrañas y de malas sensaciones.

No soy de los que se lanzan al ordenador a escribir nada mas acabar los partidos. Me gusta pensar un poco, frenar la euforia, y si se da el caso, intentar ir mas allá de la frustración de la derrota y de la mala gaita que se me pone.
Suele ocurrir, que tras perder un partido, todo lo ves negro, todos son muy malos y surge un “así no vamos a ninguna parte” que con perspectiva, calma y tiempo, te das cuenta que es exagerado, y encuentras puntos positivos a los que agarrarte, por desgracia, y hablando del partido de Eslovenia, pese a la victoria, este no es el caso.


Y no es el caso, por que mas allá del alivio por la citada victoria, importantísima si queremos ser algo mas que cuartos en este grupo de Euroliga, y de la impresión de que el equipo parece tener poderío para reaccionar en finales apretados, por muchas vueltas que le doy, solo veo puntos negros y una vocecita interior que me dice que con el partido de ayer, cualquier rival “medio serio”, nos habría dado un sopapo importante.


Recuerdo conversaciones con gente del basket cuando Dusko volvió a Baskonia. Si en algo estábamos de acuerdo, era en la “justicia de Dusko”, resumida en un “si no haces lo que yo digo que hay que hacer, al banco”. Y así era, estrellas como Rako el pasado año, o Luis o Txapu antes que el, tenían sus raciones de banquillo si se salían de la línea. Con su llegada también convinimos en que ciertos jugadores tendrían que aumentar sus prestaciones defensivas si querían tener futuro en este club. Pues bien, parece que nos equivocamos.


El enigma de Teletovic, primer ejemplo de lo dicho anteriormente. Tras más de un año con Dusko, sigue siendo un jugador monocolor, mas allá de sus triples, nada de nada. Cada uno contra uno sobre su defensa es o falta o canasta, sin apenas lectura del juego, si no mete, no aporta. Pudo argumentarse, la pasada temporada, que no tenia relevo de garantías, pues bien este año no, este año en su misma posición, tenemos una estrella del basket europeo, Lior Eliyahu,
Lior Eliyahu ayer sufrió en sus carnes una muestra de un, para mi, desconcertante doble rasero de Dusko. Actuó 3.30 minutos donde no cometió mas errores que un Mirza absolutamente inoperante. Un Lior Eliyahu que aporto dos rebotes ofensivos en tan corto periodo de tiempo, un Lior Eliyahu que ha sido protagonista en los mejores momentos de juego de este equipo, segundos cuartos frente a B. Basket y Maccabi. Un Lior Eliyahu que sabe leer los espacios, moverse cerca del aro, que tiene una intuición especial para los balones tontos, un jugador que haría nuestro juego imprevisible para el rival. Un Lior Eliyahu que sufrió la bronca de Huertas nada mas entrar en el tercer cuarto y el sainete de estar solo 30 segundos en el campo por un despiste ofensivo. Si este es el nivel, ¿¿Qué hace Teletovic 28 minutos en el campo??


Junto a el, nuestra nueva versión de “Juan Palomo”, Fernando San Emeterio, que de estar defenestrado en verano, ha pasado a “zumbarse” todo lo que le llega con el beneplácito de Dusko. El problema, que nuestro anterior “Juan Palomo” era Rako, que metía mucho mas que Fernando, y aun así, chupaba banquillo, pues bien, algo debe tener el cantabro, y desde luego, no es anotación, que se pega sus trentaitantos minutos en el campo. ¿¿El negativo de S. Emeterio?? El bueno de Carl English, jugador que ahora mismo, en términos coloquiales, esta tan acojonado por las raciones de banquillo de Dusko, que ni siquiera mira el aro. Jugadas para el, que debe tirar, que en cualquier otra circunstancia tiraría, acaban el penetraciones absurdas, que muchas veces, ni siquiera acaban el tiro o en asistencia, es mas, casi siempre acaban el perdida. Curiosamente, desde que es “prudente” juega bastante más.


Centrándonos un poquito en lo de ayer, la peor sensación me queda en el apartado de intangibles. En apenas ningún momento se dio sensación de superioridad, de continuidad, de saber lo que se hace, adolecemos de presencia, no hubo un puñetazo en la mesa para decir “aquí estamos”. Falta algo, no se, chispa, ardor, fuego, carácter.


Termino, a nivel general, y sin entrar en la extrañísima rotación de banquillo de Dusko, vimos mas de lo mismo. Defensa visual casi 40 minutos. En ataque, balón a Tiago a ver que inventa, el resto, a la línea de tres, sin moverse, sin penetrar, sin cruzarse y claro, lejísimos del aro para un posible rebote. Todo muy encorsetado, con mucho miedo al error y a salirse del paso que marcan desde la banda. Pero, fijaos como es esto del basket, dicho todo esto, el partido al final se gana por que Huertas y English meten dos tiros triples de los que no le gustan a Dusko, y por que el propio Marcelinho, se salta el guión y los sistemas para anotar dos bandejas a falta de dos minutos. Solo me queda la incógnita de saber si Dusko lo habría sentado por hacerlo si no se hubiera acabado el partido.