Micov, un fichaje envuelto entre interrogantes.

Vladimir Micov es un gran jugador de baloncesto. Un jugador joven, con talento, con intensidad y con una gran proyección. Y el Baskonia lo ha incorporado a la plantilla como quinto alero, previsiblemente para sustituir a Herrmann u Oleson hasta que se recuperen de sus respectivas lesiones. O para todo el año. O a saber. Lo que en principio es una gran noticia, porque lo es, queda un poco empañado con lo que no sabemos, intuimos o no queremos pensar..

Micov, como una buena cebolla, trae una serie de capas que hay que ir quitando para llegar a la pulpa. Vamos a intentar desgranar todas estas capas de la cebolla, a ver si finalmente podemos entender el fichaje.

Un dato importante... El contrato no es de dos meses, como la de la mayoría de temporeros que vienen a Vitoria. El fichaje es por un año, con capacidad de corte el segundo mes. No es lo mismo, ni mucho menos. Siempre he creído que a los jugadores temporeros habría que ficharlos siempre así. De esta forma subes la intensidad y motivación del jugador, no tienes la presión de que a los dos meses te plantee una oferta diferente y, sobre todo, acaba siendo más económico en caso de tener que ir ampliando luego mes a mes. ¿Pero que supone este tipo de fichaje, totalmente inusual en el Baskonia?

Un factor importante es la configuración de la plantilla. Los equipos de 11 se hacen con 7 europeos-extracomunitarios y cuatro o cinco nacionales. No caben 8 europeos-extracomunitarios de ninguna forma. En este momento, Huertas, Oleson, Herrmann, English, Barac, Teletovic y Eliyahu ocupan estos siete puestos. Micov no tiene sitio. Para que entre Micov al equipo se le debe dar la baja a algún jugador o lograr el pasaporte de Oleson. Hasta el pasaporte de Oleson el club está obligado a fichar a un jugador nacional más, y Micov no cabría de ninguna manera.

Es decir, y simplificando, que o llega el pasaporte de Oleson, o Micov no puede debutar... Ahora bien, Micov entraría al equipo si algún otro jugador europeo estuviese lesionado. Como Oleson no cuenta, todos miramos inmediatamente a Herrmann, convaleciente de una bursitis y parado desde hace ya demasiado tiempo.

Esta es la gran interrogante. Este es el dilema que nos tiene a todos un tanto “moscas”. ¿Como está Herrmann? Todo lo que sabemos de él es que tiene una bursitis a la que nadie daba importancia (ni siquiera él mismo en su presentación), pero que han pasado ya más de diez días y no es capaz de regresar a los entrenamientos. Los rumores se disparan pero los protagonistas callan, o incluso peor... hacen esos comentarios que suelta Dusko de vez en cuando que te dejan tiritando. Sus lacónicos “no está para jugar” o “ya veremos” asustan mucho más que la palabra “bursitis”.

Bursitis en una rodilla. ¿Es esto nuevo en el Baskonia? NO. Pablo Prigioni ya jugó casi un año completo en Vitoria con una bursitis en su rodilla. Fue operado por Mikel Sánchez en julio de 2005 y su tiempo de baja fue de.... dos meses. Justo el plazo de corte de Micov. Prigioni no ha vuelto a acordarse de su lesión de rodilla (al menos que yo sepa). ¿Encaja? No lo se...

Por otra parte, el fichaje puede significar algo muy positivo, olvidándonos de Herrmann por completo. ¿Puede estar ya el pasaporte de Oleson? Si el pasaporte de Oleson está cerca, el fichaje de Micov encaja a la perfección, ya que lo pruebas dos meses, si funciona como espera el cuerpo técnico (Alfredo Salazar sigue a este jugador desde hace años) tienes una plantilla con cinco aleros de primer nivel, capaces de superar cualquier contingencia en forma de lesión durante el año. El hecho de que se le haya fichado por un año, en vez de por dos o tres meses, puede alimentar esta idea, ya que en el peor de los casos, el que llevaría a Herrmann al quirófano, lo devolvería a la competición en dos meses. ¿Para que un contrato de un año?

Como no tenemos ni idea de lo que pasa por el Pabellón Araba no nos queda otra que esperar... Y mientras esperamos, se acerca lo bueno... El Baskonia ya juega amistosos. ¿Y como está? Desorientado, como es lógico; con jugadores que no saben si jugamos de azul o de rojo, con otros jugadores que tienen agujetas hasta en el pelo, y con niños adornando al equipo. Pero todo llega... y ya queda menos!