Spahija contra Dusko

Hoy juega el Baskonia frente al Pamesa. No es que no sea un partido interesante, e importante, que lo es (y mucho), pero hoy me voy a permitir el dejar el partido de lado y a utilizar a los entrenadores para dar respuesta a un debate que estoy leyendo en los foros especializados del Baskonia, así como en otros ámbitos que saben bastante menos pero que opinan como si supiesen (Marca, etc...)

Neven Spahija frente a Dusko Ivanovic, o la lucha entre dos teorías; ¿Tren al toda vela durante toda la temporada o locomotora al tran tran para alcanzar la velocidad del crucero cuando hace falta? La eliminación del Baskonia frente al Barsa ha alimentado este debate, y dos comentarios, uno leído en el blog de Bob, y un comentario en este blog por parte de Joserra me han “tocado la fibra”, y quiero dar mi opinión al respecto...

Vaya por delante mi declaración de intenciones; Sin compartir al 100% los métodos y teorías de Dusko Ivanovic, me inclino sin ninguna duda por el “Método Dusko” frente al “Método Neven”. Es decir... Fuerza al equipo, tenlo siempre preparado, y oblígate a ganar de cincuenta cada vez que te enfrentes al Manresa, al Murcia o al Cajasol. Sin ninguna duda, además. El debate de las dos corrientes, la explique en esta fábula que publique hace ya tiempo...

Joserra... me acusas en el blog de no criticar al Baskonia. No estoy de acuerdo... el año pasado lo critiqué mucho, porque entendía que había cuestiones muy importantes que criticar... Te pongo algunos ejemplos antiguos para recordarlo; “Vergüenza ajena”, "Factores de una irregularidad manifiesta", "¿Que te metes Don Quijote pa flipar con los molinos?" o "alma", por poner algunos... pero si te fijas, todas las críticas vienen determinadas por la falta de intensidad o caracter, nunca por perder tal o cual partido, o por otros derroteros. Tengo clarísimo cuales son las cosas para mi criticables y cuales no.

Pero este año, lo siento pero el cuerpo no me pide criticar nada. ¿Por que? Porque el Baskonia está jugando muy por encima de sus posibilidades. Y el responsable de ese ritmo del equipo es Dusko, son los jugadores y es el entorno. Y ni quiero ni puedo criticarlo.

Habrá quien piense que una plantilla formada con los jugadores que forman ésta es imbatible. Perfecto... mejor (o peor) para ellos. A mi me suele gustar más no mirarme tanto el ombligo y dejar que el juego ponga a cada uno en su sitio. Se recurre fácilmente a la comparación Barac-San Emeterio-Shakur/Ilievski frente a los Planinic/Jasaitis/Singleton. A saber, de estos tres jugadores actuales, dos de ellos agitan la toalla y el tercero juega muy poco. De los tres que se han ido, uno triunfa en el CSKA, otro en los Mavs y el tercero tiene un rol importante en el Joventut.

¿Fácil? Si, pero también irreal. Las plantillas no te aseguran nada de nada. El Baskonia cayó en semifinales de liga frente al estudiantes con un equipo compuesto por Calderón y Pablo, Sergi, Mache, Nocioni, Tiago, Scola, Kornel David o Betts. Lo que hay que hacer es centrarse en lo que uno tiene, y lo que uno tiene da para lo que da, y cuando se exprime, da hasta el infinito, que es a donde nos llevaba Dusko.

El Baskonia tiene unas limitaciones estructurales terribles; El puesto de base sigue en manos de Pablo, San Emeterio no acaba de encontrar la llave de lo que Dusko necesita para el Baskonia y cree, erróneamente, que puede arreglarlo todo con una intensidad defensiva baja y continuas incisiones ofensivas. Se equivoca de cabo a rabo, y ese equivocación, y no la burrería de Dusko, hace que San Emeterio sufra más ración de banco que la que todos los que lo ven de fuera creen que merece. Interiormente, el Baskonia presenta a un jugador completísimo como Tiago, acompalñado por jugadores absolutamente limitados; Will está mostrando muchas ganas e intensidad, pero le faltan conceptos defensivos y en ataque es absolutamente limitado. Mirza es un jugador que utiliza el 5% de sus facultades, y lo que es peor, que piensa que con ese 5% es suficiente. De hecho, cuando está en forma, o en vena, lo es. Pero cuando se le apaga el triple, nos encontramos un terrón de azúcar defensivo, sin instinto reboteador, sin ninguna noción del juego colectivo posicional en ataque y sin recursos ofensivos al poste bajo.

Este es el equipo que tenemos, y con este equipo, con la intensidad de Dusko y con la respuesta positiva de todos y cada uno de sus integrantes, el Baskonia ha conseguido marchar primero de la liga, ganar la Copa, y quedarse a 40 minutos de jugar su quinta final four.

Estoy dispuesto a aceptar lo que queráis, salvo a hablar de “fracaso”. ¿Decepción? Puede ser... Todos teníamos la ilusión de ganar esta serie y poder ver Berlín de cerca, pero lo cierto es que no es nada fácil. ¿Podíamos haberlo visto? Si, pero hubiésemos necesitado un momento de forma mejor en los jugadores del Baskonia. ¿Se le puede echar la culpa a Dusko de esto? Se puede, por supuesto, pero yo no estoy para nada de acuerdo.

Volvamos al segundo método, “el método Neven”. Spahija jugó el año pasado al despiste. Tras hacer una temporada penosa, se apoyó en la suerte en los cruces y consiguió plantarse en la final de la Copa, en la final four y en la liga. A veces olvidamos algunos datos que nos ayudan a explicar el éxito del método Neven del año pasado; Se nos olvida que el Bilbao Basket se cargó al Barsa en la Copa... Se nos olvida que el Partizán se cargó al Panathinaikos en el Top-16 y se nos olvida que el Unicaja, octavo, se cargó al Real Madrid, primero, dejando el paso a la final franco. No quiero quitar méritos a Neven ni a lo logrado el año pasado con la táctica de “renqueo todo el año y al final, a ver que pasa”. No es mi intención, en absoluto desacreditar el trabajo del año pasado, sino ensalzar el de éste.

Hay infinidad de equipos que juegan con esta táctica; Este año, el Cajasol ha renqueado patéticamente por la liga para despertar en el momento adecuado. El Olympiakos decidió despertarse justo en Vitoria para matarnos primero a nosotros y luego al Madrid. El mismo Barsa lleva desesperando a la afición catalana una buena temporada y nos muestra ahora las afiladas garras.

Pero ojo, el despertarse tiempo, a veces ocurre, y a veces no; El Maccabi o el Real Madrid han racaneado todo el año... para no despertar. El Cai, por ahí abajo, no despierta tampoco. El mismo Neven, con su Pamesa y su método, se ha encontrado este año que su equipo no despertaba en Turín, y veremos si despierta para el playoff.

Yo prefiero ser el Fuenlabrada y divertirme todo el año, aunque al final no entre al playoff, que ser el Cajasol, que acabará cerca del Fuenla. Prefiero ser este Baskonia, que me ha entretenido todo el año, que ser el Baskonia del año pasado, que sólo me entretuvo durante tres o cuatro semanas. Podríamos preguntar a Plaza... el año pasado, al estilo Dusko, hizo una temporada soberbia, que se empañó al final al caer en el playoff. Este año, analizadas las duras críticas que le cayeron, ha decidido un método Neven, que lo lleva a el y a su afición a un pesimismo y a una decepción brutales.

¿Puede ganar el Baskonia la liga? SI. Por supuesto que si. Si se encuentra de nuevo el ritmo y los jugadores encuentran de nuevo su estado de forma, ya se ha demostrado de lo que es capaz este equipo. Ahora bien... no nos engañemos; hay plantillas mucho más equilibradas y compactas que están por encima de la nuestra. Podemos verlo o no, podemos creerlo o no, pero es así. El Baskonia siempre ha remado a contracorriente para lograr sus títulos. No logró ganar con un equipo mejor al Olimpia de Lubljiana en Laussane la copa de Europa, pero en cambio, Miguel Angel Reyes fue capaz de imponerse a Stojakovic, o Millera a Prelevic para dar un título al Baskonia.

Yo no me engaño. Tengo claro que, lo queramos ver o no, seguimos siendo Miguel Ángel Reyes y Chato Millera frente a Stojakovic y Prelevic cuando el Baskonia se enfrenta la Barsa, al Olimpiakos o al Real Madrid. Y con eso muy claro, estoy absolutamente orgulloso de este equipo y de este entrenador por ponernos donde nos ponen.

Ahora bien, esta tarde, aplaudiré a rabiar a Neven. Una liga no se logra todos los días, sea con el método que sea.