Luis Scola se corona frente Portland

El artículo de hoy va de ensalzar a Luis Scola... pero no me puedo resistir... El tratamiento mediatico de esta serie está siendo bochornoso. Me va a perdonar mi amigo Quique Peinado, que imagino que por presión popular, o por afinidad con Sergio Rodríguez, inventó el mote de la “Spanish armada”, y se dedica arrear a McMillan cada vez que este entrenador, capaz de llevara un grupo de niños a los playoffs de la NBA, osa sentar a alguno de los integrantes de la “cutre-armada” (y digo cutre, no porque los jugadores sean cutres, que no, sino porque el término, Spanish armada me parece lo más cutre que he oído desde que alguien inventó la ÑBA, a la sazón, el término más cutre jamás inventado por la prensa).En España se juzga a un entrenador en función de si saca o no a Sergio, o de si sienta o no a Rudy. Patético. Lo primero de todo... ¿Alguien que analice con criterios de objetividad me puede decir con quien ha empatado Sergio Rodríguez para merecer un mísero minuto en Portland? No recuerdo hazaña deportiva alguna de Sergio, ninguna. No he visto a ese chico levantar una copa de nada, llevarse un MVP de nada, tener el más mínimo galardón de nada... ni siquiera recuerdo a este chico como base titular de nada. Nada de nada (Algo similar a lo de Goran Dragic... ¿Machacamos al entrenador de los Suns?). Pero ahora McMillan debe justificarse día si, y día también sobre si saca dos minutos o tres a su, claro, explicito e incuestionable base carente de confianza técnica. Resulta que Mcmillan hace el ridículo si no lo saca y recibe comentarios del estilo de “mentiroso”, “terco”, etc... incluso se ha llegado a oír que es racista.

El tratamiento a Rudy es absolutamente diferente. Lo primero, Rudy compite por un puesto con Brandon Roy, algo que ya de por si es muy difícil, y más en la NBA, pero es que además, Rudy es hoy por hoy un jugador mucho más limitado que cuando se marchó. Rudy en la ACB, y bajo la dirección de Aíto, era un gran defensor, de los que aparte de ganarte el partido alante, era capaz de secar al Macijauskas o Rakocevic de turno (ahora defiende muy justito). Además, en la ACB, Rudy era un jugador total. Tiraba, si, pero sobre todo penetraba, jugaba el 1x1 y era muy incisivo en ataque. En la NBA se ha convertido en un especialista en tiros de tres. Punto pelota... resulta muy extraño verlo penetrar, y sus unos contra unos son casi siempre amagos para tirar de tres. Y Rudy juega... juega porque es bueno, y porque se ha ganado un hueco que Sergio, en mucho más tiempo, no se ha ganado. Los hay que se llevan las manos a la cabeza por que siente a Rudy (un novato que no es titular, por cierto), cuando se juegan las habichuelas contra unos Rockets con el culo pelado.

En España se ven dos partidos diferentes. Yo me siento delante de la tele a ver un Rockets- Portland, y los hay que se sientan a ver un McMillan-Sergio/Rudy. Incluso el titular de prensa del día siguiente no es “Portland gana/pierde contra los Rockets”, sino “McMillan humilla a Rudy o no sacará a Sergio salvo que Pepe Pérez juegue de pívot”. Esos son los titulares...

Ya me he desahogado... “perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden” Pues eso... ¡Perdón! ¡¡Viva la Spanish Armada!!

Y ahora si... ahora voy a hablar de Luis Scola. El año pasado le seguí mucho más que este año (aluciné con su rendimiento cuando se lesionó Yao Ming, y disfruté como un enano viendo su juego de pies por la NBA), pero este año, y con los playoffs, me he reenganchado a los éxitos de Luis.

Scola ha logrado este año un grado más de madurez. Superada su suplencia virtual (nadie dudaba el año pasado de que fuese mejor jugador que Chuck Hayes), ha sabido adaptarse perfectamente a su nuevo ámbito. Scola, el año pasado montó una sociedad perfecta con T-Mac. El le generaba los espacios que necesitaba el alero para penetrar y les esperaba abierto para hacer unos tiros que no se le recuerdan por Vitoria, pero que le caracterizan desde que juega en Houston. Este año, ante la baja de McGrady, ha sabido encontrar su sitio entre Yao Ming (el inmenso pívot dueño del juego al poste bajo) y el tres perfecto (Ron Artest), un Pete Mickeal con más potencia si cabe, pero de juego muy similar.

Scola ha sabido encontrar su sitio a través de su lucha defensiva, su no intromisión en el trabajo de Yao (en la NBA los galones no sólo se ganan en el campo... Yao tiene galones que van más allá), y el aprovechamiento de rebotes ofensivos o balones doblados. Todos los partidos nos regala su siempre recordado juego de claque al poste bajo (como lo echo de menos), pero también habita a cuatro o cinco metros del aro para penetrar o tirar.

En esta serie, se está imponiendo a un jugador que llegará a ser mejor que él (La Marcus Aldrige), pero al que le falta la experiencia del argentino. De hecho, Portland atesora más calidad que Houston, no me cabe duda. Pero la experiencia es un grado, y los Battier, Scola, Yao o Artest están pudiendo sin ninguna duda con los pipiolos de Porland. Dobles figuras a diario y bastión fundamental de los Rockets, Luis es hoy un nombre propio al nivel de lo que era en Vitoria. ¡Zorionak Luis!

La siguiente etapa para Luis... Pau Gasol (vale, aún le queda ganar uno). Ante el previsible enfrentamiento Bynum-Yao, espero poder disfrutar de Scola frente a Pau. Sea frente a el, o frente a Lamar Odom, el argentino lo tendrá mucho más difícil que frente a los ingenuos Odom o Aldrige.

Desde aquí, Luis sigue teniendo su plataforma continua y permanente de apoyo. Sigue siendo mi capitán del Baskonia (y mira que lo están haciendo bien Sergi y Tiago). Don Mario Scola estuvo en Vitoria este jueves viendo al Baskonia frente al Barsa... Ojalá algún día venga de nuevo a ver a Luis con la camiseta azulgrana. Soñar es gratis, ¿No?