2-1. El remate a tiro

No me gusta acertar con las claves... Puede dar la sensación de que las conocía de antemano, y lo cierto es que ya me gustaría, pero en general, no doy una.

Pero ayer si. Ayer, todo lo que imaginaba mi mente se plasmó sobre el parquet del Araba, y nos permitió a todos disfrutar de una maravillosa (por lo emocionante, no por el juego) tarde de baloncesto entre amigos...

La tarde arrancaba perfecta... Josipwells pasaba a buscarme por casa, recogíamos a Rubén en el currelo, que nos tenía preparados tres bocatas de los que no se salta un torero, y nos plantábamos en el pabellón con las ilusiones desatadas pero con un cierto ¿respeto? En el cuerpo... el miedo desaparecía según tomábamos asiento y veíamos a Navarro vestido de calle (bueno, vestido de jubilado, porque menudo chándal más feo llevaba) y a Ilievski haciendo la rueda. ¿El mundo al revés? Es posible.

La alegría iba tomando cuerpo cuando vi los cincos a cancha. Tiago en el banco y Santiago a la cancha. La primera alegría de la noche, y aún no se había puesto la bola en el aire. Algo había que hacer para invertir la tendencia. Las primeras luchas de Santiago, que la aguante Will, y cuando entre Fran al campo, ya meteremos a Tiago... La jugada salió perfecta... Santiago, sin un objetivo claro, desfilaba al banco semi-desquiciado en el minuto dos de partido...

Tiago entraría un par de minutos más tarde para reivindicarse. Pablo lo buscó. Sabía de su importancia y trató de alimentarlo, a veces incluso a destiempo, pero con toda la intención del mundo. Para cuando Pascual reaccionó y sacó a Santiago de nuevo al campo, Tiago ya tenía ritmo de partido. Además, Dusko tenía otro as guardado bajo la manga; una variante defensiva. Dejó a Tiago a defender a Andersen (aunque no es el hombre más indicado para defenderlo) reservando el desgaste con Santiago para Mirza (que seguro que no es el indicado) o Will. La jugada salió redonda... Los jugadores hicieron un partido defensivo perfecto, y se logró que Tiago se rehiciese y, con un gran partido, recuperase la confianza mental.

El resto de factores de los que hablaba ayer, también se cumplieron. Ilyasova naufrago sin rumbo a la isla de los perdidos (bien defendido, por otra parte), los suplentes de Lakovic (el duo Sada-Barret), lastrados por problemas físicos hacían casi casi lo mismo que Ilievski, y permitía que pablo, jugando en casa, recuperase la manija del partido. Lakovic lo desgastó, y mucho, en defensa, pero Dusko lo ayudo con Sergi, para dar oxigeno a Pablo. Pete Mickeal, que arrancaba de una manera insólita (por mala) se recuperaba en la segunda parte para ser muy importante, tanto en ataque como en defensa, y la defensa exterior del Baskonia no permitía anotar a los jugadores del Barsa.

Y dejo fuera el caso de Navarro, porque lo cierto es que no es del todo entendible. Vale que Navarro es un jugadorazo, vale que esta en plena forma y vale que su ausencia fue un varapalo moral para los jugadores del Barsa. Pero no es de recibo que el Barsa, huérfano de su estrella, anote únicamente 20 puntos en la primera parte. Algo falla en los esquemas de Pascual si una baja en un jugador (por muy navarro que sea) te hace el roto en ataque que le hizo ayer.

Intentó Pascual recomponer su esquema clásico con Basile primero (que se desquició con el arbitraje) y con Lakovic después (poniendo a Sada de uno para dejar al esloveno tirar a discreción), pero se le olvidó a Pascual que lo que mejor hace Navarro no es tirar de tres. Lo que mejor hace Navarro es asustar con su polivalencia ofensiva, y con su capacidad para atraer las ayudas. Y que los partido los gana rompiendo las defensas desde arriba con sus penetraciones y sus bombas... y ni Basile ni Lakovic interpretaron ese papel (un papel que, por cierto, es ininterpretable, salvo por jugadores como Rako, que ayer si lo interpretó, sobre todo cuando importaba.

En el descanso, mientras saboreábamos los exquisitos bocatas, los tres coincidíamos que el partido, al menos en su terreno mental, estaba roto. El Baskonia iba a ganar el tercero... Sólo el cansancio de Pablo (asfixiado por su gran defensa a Lakovic), y la defensa en zona de Pascual (primera variante defensiva de la serie), pusieron el partido en tela de juicio... pero apareció el Killer... Rako cogió su fusil, y mató el partido. 2-1, y medio pie en Berlín.

Pero para llegar a Alemania hace falta poner los dos pies, y para ello, aún hay que ganar otro partido.

¿Las claves del jueves? Pfff!!! Veremos como se desarrolla la batalla interior. Ayer el arbitraje fue “muy Euroliga” (es decir, casero de narices, igual que los dos de Barcelona), de forma que si se mantiene esa tónica, es muy previsible que Tiago vuelva a dominar la pintura. Ahora bien, Pascual, llegaría ayer al hotel, vería el partido, reflexionaría, y preparará la vuelta. Mañana veremos más sorpresas...Una partida de ajedrez que marcha 2-1 para Pascual, y que Dusko debe equilibrar el jueves.

Veremos más zonas... una vez que descubres tu carta, la explotas en el siguiente. ¿Navarro? Es como el cid. No necesita de anotar para infundir miedo y ayudas. Si salta a la cancha, algo cambiará en la ofensiva del Barsa... hay muchas cosas, y todas ellas importantes e imprevisibles.

Me encantan las series a 5. Ojalá las tuviésemos a 7. Una serie a cinco es un ser vivo, nace, crece, se adapta, cambia, se reproduce y muere. Ahora está en su madurez. Los dos equipos se conocen, ya han jugado al ajedrez, y ahora toca sacar las mejores cartas. Esperemos que el jueves muera.

Lo que es seguro, es que veremos más espectáculo... El triple rozando el cielo de Mirza, la penetración de Sergi, los tapones de Tiago, los tiros imposibles de Rako... y otros tres bocatas de lomo, bacon y queso, de esos que no se los salta un torero!

¡¡Aupa Baskonia!!