La madre de todas las guerras

Sin discusión. No, si se gana, los que vengan detrás no serán más importantes, y no, no creo que los playoffs de la ACB sean más importantes que estar en la final four.

No hay otro partido, es el partido del año. El único.

El coco enfrente, tiene un aspecto endiablado... mezcla de bisoñez y contundencia, clase y desparpajo, acierto y defensa. Un único punto flaco asoma por ahí, y es precisamente el mal que sólo cura el tiempo, la inexperiencia. Demasiado poco frente al mal que enseña el rival.. “la inconsistencia”

El Partizan podría asustar antes de empezar la serie, pero nada comparado con lo que asusta ahora. Todos sabíamos de la calidad y contundencia de Pekovic, pero hasta que no ves como Splitter se pega contra él como contra una pared no le das la envergadura que le corresponde. Todos sabíamos de la clase de Velickovic, pero hasta que no lo ves martilleándote la cabeza constantemente, o defendiendo como una lapa, no te das cuenta de las posibilidades reales de este jugador. Todos conocíamos el acierto de Tripkovic o Tepic, pero nadie pensaba que mantendrían ese nivel de acierto contra nosotros... ¡No contra el Baskonia! Todos sabíamos del liderazgo de Palacio, único veterano, sobre el grupo, pero nadie le daba esa importancia.. ¡¡Como va a poder con nuestros bases!! Todos sabíamos como aprieta el Pionir, pero no le dábamos ese crédito.. ¡¡Si Peras se los comió hace 20 años!! (Ay, si este equipo tuviese alguien con el alma de Peras otro gallo nos cantaría...)

Pero hoy, 7 de abril, todos damos a estos jugadores la importancia que tienen. La importancia de quien se ha cargado al PAO, la importancia de quien tiene el futuro en sus manos, la importancia del más serio aspirante a la F4 que se verá pasado mañana en el Araba.

Enfrente, el Baskonia del “quiero y no puedo”, capaz de ganar de 20 al Partizan o de no anotar más de 4 puntos en el último cuarto. Un equipo que pasea su clase por el pabellón, pero que esconde el ama y el carácter en su casilla del vestuario. Un equipo impredecible, capaz de lo mejor y lo peor, pero que no tiene control sobre cuando sacará su mejor o su peor. La incógnita hecha equipo de baloncesto.

Sus jugadores, como el equipo, incógnitas... Días brillantes junto a días desaparecidos, jugadores que muestran sus uñas sólo al entrenador cuando los cambia, otros que aunque se parten el pecho, no encuentran seguimiento... Y al frente de todos ellos, mister “ya se lo que debo hacer para ganar”... pero que no lo hace.

El miércoles más que nunca el Baskonia necesita un empujón. Un empujón que salve el año, que les haga a los jugadores tener el día de que sí, que esconda sus flaquezas y saque sus virtudes. Seguro que las tienen, y las hemos visto, pero este equipo no acostumbra a sacarlas cada día, y hay que ayudarlo para que pasado mañana las saque.

Aunque no andemos sobrados de confianza, el Baskonia necesita cariño y apoyo. Seamos conscientes de que hay que ayudar al equipo, porque a este equipo le falta el tirón que han tenido otros baskonias para tirar de nosotros. Necesitan de una gran atmósfera y del calor que, por ejemplo, vimos el jueves pasado en Serbia.

El Baskonia es nuestro equipo. ¿Que lo querríamos más consistente? ¡Pues claro! Pero es lo que tenemos, y con lo que tenemos hay que ir a la guerra.

Porque el miércoles hay guerra. La guerra más importante de la temporada. La guerra que nos salva el año.

¡¡A por ellos, joder!!