Puntualizando

He podido observar que, quizá por la falta de costumbre (sabéis que me cuesta un ojo de la cara y parte del otro el hacer críticas a nada que rodee al Baskonia) os ha sorprendido la dureza del artículo que publiqué ayer. Quizá sea oportuno matizar y aclarar dardos, por no dar una imagen que creo que dejé clara, pero que quizá no se ha entendido.

Mi crítica tiene dos vertientes; La primera hacia Pablo Prigioni. Pablo es un jugador genial, y cuando digo genial, lo digo en sus tres significados; “Genial” de jugador excepcional, porque lo es, porque ve el campo como nadie, es el mejor base pasador del de la competición y el jugador decisivo en los momentos importantes... “Genial”, de genio, porque no nos vamos a engañar, parte de sus asistencias son auténticas obras de arte. Paro hay una tercera definición de “Genio”, y va ligada al calificativo “mal” por delante. Prigioni no sabe canalizar su mala leche, o quizá es que no quiere canalizarla. El domingo perdió los nervios y la pagó con Rafa Pueyo. Unos días antes hizo el ridículo frente al CSKA al protestar durante cinco ataques consecutivos sin atender al juego una supuesta infracción de 8 segundos. Sólo su apellido lo mantuvo en el campo, ya que dudo que a cualquier otro jugador se le permitiese eso.... Prigioni siempre ha tenido esos gestos, en cada partido deja alguna perla, y cuando la derrota del Baskonia es evidente, se puede hacer una porra para ver con quien la va a pagar esta vez. Es Neven Spahija quien debería sentar y abroncar al jugador en esos momentos (¿Se lo permitiría a Jasaitis, por poner un ejemplo?). Y en vez de eso, Neven recriminó a rafa Pueyo en vez de a Prigioni. No me gustó.

La segunda va dedicada a la falta de carácter. Quizá me precipito en mis valoraciones (seguro que si) pero echo en falta el liderazgo de campañas anteriores. Nunca he sabido si es bueno o malo que un jugador se eche el equipo a la espalda en momentos de necesidad. Se que esa política ha dado muchos títulos al Baskonia, pero también soy consciente de que le ha quitado otros muchos. Noche y día... Se que hay que pasar página, pero me duele ver los últimos tres minutos del partido frente al Bilbao Basket. No me duele que se pierdan balones o que los triples no entren... Me duele ver la falta de carácter en esos momentos. Repito, es más que probable que esté precipitando mis valoraciones, y seguro que el equipo acaba demostrándome que no tengo razón.... que el “carácter Baskonia” no está en Houston, sino que sigue en Vitoria. Estaré encantado de asumir mi error, sin medias tintas. Lo sabéis...

Termino. Uno de vosotros (lo siento, pero en el comentario se ha quedado como “anónimo”) me acusa de análisis de partido simplista. No nos equivoquemos... no estoy analizando el partido. De hecho no valoro el partido en absoluto. Creo que haría muchísimo más daño y sería mucho más simplista e irresponsable el analizar el partido, y acabar decidiendo si la mejor jugada final es el triple a Teletovic o si era Simas el alero que debería haber estado en el campo, o cualquier otro aspecto técnico. No lo valoro... Como se suele decir, “vistos los cojones.... macho”. Si entra el triple de Teletovic (¿Porque no? Está bien tirado) hablaríamos de partidazo, de valentía de Neven por atreverse con Jasaitis, etc.. No, no quiero entrar a valorar el partido.

En estos momentos es fundamental elevar la vista. Está muy bien el comprobar que la corteza del árbol tiene una muesca, pero hay que montar en el helicóptero y empezar a subir... Según empiezas a coger altura dejas de ver la muesca en la corteza, pero es entonces cuando ves que algunas hojas están marrón oscuras, un color de mala pinta... Pero sigues subiendo y dejas de ver la hoja, y al fin ves al árbol completo... A los diez minutos has perdido de vista al árbol, y ya ves el bosque.

Y el bosque tiene muy buena pinta. Neven ha logrado instaurar un estilo de juego muy definido con unos patrones claros y con unos roles marcados. Dejemos al equipo evolucionar hacia la excelencia y asumir lo que ello supone. Eso si, sabiendo que las cortezas tienen muescas, unas muescas que hay que corregir, y que el árbol tiene hojas marchitas, unas hojas que habrá que revitalizar. Hay tiempo de sobra aún para mejorar el bosque, pero sin perder de vista que estamos ante un bosque precioso.